miércoles, 11 de febrero de 2009

Auto-estima

Me doy cuenta de que los mails que me mando desde la casilla del trabajo a la casilla de mi casa son muy impersonales. Algunas veces escribo el dato neto a comunicarme en el subject, y en el contenido del mail lanzo un estúpido "asdfasdf", como si eso, horas después fuera a confundirme o a producirme una inquietud conceptual, literaria, emotiva, o simplemente algo más que vacío. Otras veces, ni eso. ¿Qué puedo pretender de mails de amigos o familiares cuando yo mismo no me doy el gusto de leer un mensaje con contenido cuando tengo la oportunidad? ¿De qué tipo de amor propio podría jactarme? ¿Serán entonces, los mails que escribo a otras personas forzados e interesados?
No me gustaría que esto sea verdad. Por eso me propongo un sistema que si bien nos aggiorna a la vida esquizofrénica, nos puede regalar algún que otro buen momento:
Durante los próximos 10 años, que pueden ser más o menos según mi constancia, intentaré separar mi ser en ser laboral y ser privado. Si bien separar vida profesional y privada es una idea pisoteadísima y plagada de verdín, la propuesta en este caso es mantener la personalidad pero olvidar los hechos. De esta forma, tendré oportunidad de enviarme un mail con el mensaje resultista per sé, cosa que ya facilitará algún problema mi otro ser, y además un texto explicando el por qué de este mail, con algún guiño o algún dato cómplice que sólo el otro conoce.
Así podré seguir pensando en mí como un tipo cordial, macanudo, atento, y que siempre está.
Y si alguien opina lo contrario, ya serían 2 opiniones contra 1.